La máquina de creer

Por: James Alcock

Traducido por Ricardo Montanía

Nuestro sistema nervioso constituye una máquina de generación de creencias que ha evolucionado no para buscar la verdad, la lógica o la razón sino para sobrevivir. La máquina de creer tiene siete componentes principales. 

James Alcock

Las siguientes creencias son fuertemente mantenidas por un gran número de personas. Cada una de las cuales ha sido debatida ardientemente.
* A través de la hipnosis, se puede acceder a vidas pasadas.
* Los horóscopos proveen información útil acerca del futuro.
* Las curaciones espirituales algunas veces tienen éxito donde la medicina convencional falla.
* Una conspiración Satánica trans generacional ampliamente extendida está en marcha en la sociedad.
* Algunas personas con ciertos dones especiales tienen poderes síquicos que ayudan a la policía a resolver crímenes.
* Podemos, a veces, comunicarnos unos con otros a través de telepatía.
* Algunas personas han sido abducidas por OVNIS y luego vuelta a la tierra.
* Elvis Presley vive.
* La vitamina C puede prevenir o curar el resfriado común.
* Los inmigrantes roban el trabajo de los nacionales.
* Ciertos grupos raciales son intelectualmente inferiores.
* Ciertos grupos raciales son atléticamente superiores, al menos en algunos deportes específicos.
* El crimen y la violencia están relacionados con la ruptura de la familia tradicional.
* La capacidad nuclear Coreana plantea una amenaza para la paz mundial.

A pesar de la gran confianza por parte de ambas partes, creyentes y no creyentes, en la mayoría de los casos ninguna parte tiene mucha, en realidad ninguna, evidencia objetiva para cambiar su posición.
Algunas de estas creencias tales como telepatía y astrología, están en abierta contradicción con la cosmovisión científica y por tanto es considerada por muchos científicos como “irracional”.
Otros no son inconsistentes del todo con la ciencia, y aunque se basen en hechos o no, nadie los consideraría irracionales.
Los racionalistas del siglo diecinueve predijeron que la superstición y la irracionalidad serían vencidas por la educación universal.
Sin embargo, eso no ha sucedido.
Los altos niveles de instrucción y la educación universal han hecho muy poco para disminuir tales creencias, y encuesta tras encuesta indica que una gran mayoría del público cree en la realidad de los fenómenos ocultos o paranormales.

¿Porqué es así esto?
¿ Porque en esta era tecnológica y científica la superstición y la irracionalidad abundan tanto?
Es que nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso constituye una máquina de generar creencias, un mecanismo que produce creencias sin ningúna preferencia en particular por lo que es verdad o no lo es.Esta maquinaria de creencias selecciona información del medio, le da forma la combina con información de la memoria y produce creencias que son generalmente consistentes con las que ya posee.
Este sistema es capaz de generar creencias que son falaces así como tambien creencias que son veraces. Estas creencias guían las futuras acciones y, sean correctas o no, pueden ser funcionales para los que las sostengan. El hecho de que haya o no un cielo para las almas afortunadas no hace nada en contra de la utilidad de dicha creencia para la gente en busca de significados para sus vidas. Nada es fundamentalmene diferente en lo que podríamos pensar es una creencia “irracional” –estas spm generadas en la misma manera que las otras creencias.
Podemos no tener bases para creer en conceptos irracionales pero tampoco las tenemos para la mayoría de nuestras creencias.

Por ej. Usted probablemente cree que cepillarse los dientes es bueno para sus dientes, pero sería extraño que tenga alguna evidencia que apoye esta creencia, a menos que sea usted un dentista. A usted se le ha enseñado esto, tiene algún sentido, y nunca le han hecho cuestionar esto.Si conceptualizaremos el sistema nervioso y al cerebro como una máquina de generar creencias, será necesario distinguir varios componentes, cada una reflejando algún aspecto básico de la generación de creencias, las siguientes son importantes

1.    La unidad de aprendizaje.

2.    La unidad de pensamiento crítico.

  1. La unidad de deseos.
  2. La unidad de entrada.
  3. La unidad de respuesta emocional.
  4. La unidad de memoria.
  5. La unidad de retroalimentación ambiental.

La unidad de aprendizaje

Esta unidad es la clave para entender la máquina de creer. Es inherente a la arquitectura del cerebro y del sistema nervioso, y debido a su naturaleza estamos condenados a un proceso virtualmente automático de pensamiento mágico.

“Pensamiento mágico” es la interpretación de dos eventos que han ocurrido con cierta proximidad temporal como si uno de ellos hubiera ocasionado el otrosin tener en cuenta la relación causal.

Por ejemplo si usted cree que cruzar su dedos le traerá buena fortuna, usted ha asociado el acto de cruzar los dedos con el evento subsecuente e introducido una relación causal entre ambos.
Nuestros cerebros y sistemas nerviosos han evolucionado a lo largo de millones de años. Es importante entender que la selección natural no selecciona directamente en el sentido de la razón o la verdad, lo hace en el sentido de el éxito reproductivo. Nada en nuestro aparato cerebral confiere un estatus particular a la verdad.

Considere un conejo en la hierba alta, y démosle un momento de conciencia e intelecto.
Detecta un crujido en la hierba y habiendo en el pasado aprendido que a veces eso es señal de la presencia de un zorro hambriento, el conejo se pregunta si realmente se encuentra allí un zorro, o si es solo la acción del viento sobre la hierba, espera por más evidencia conclusiva, aunque esté motivado por la búsqueda de la verdad el conejo no vivirá mucho más.
Comparemos a el escéptico conejo anterior con uno que al oir el crujido responde con un fuerte y autonómico impulso, reacciona y corre lejos tan rápido como puede. Este tendrá mayores probabilidades de sobrevivir y reproducirse.

Por tanto, la búsqueda de la verdad no siempre promueve la supervivencia, y mantenerse en una creencia errónea no es siempre algo negativo.

Sin embargo aunque tal proceder puede ser útil en el monte podría ser peligroso en la era nuclear. La unidad de aprendizaje esta dispuesta de manera a aprender muy rápidamente de la asociación de dos eventos significativos-tales como tocar un horno caliente y sentir dolor–  el apareamiento de eventos produce un efecto final pero el no apareamiento no es tan influyente como lo anterior.
Si un niño tocara un horno caliente una vez y recibe quemaduras, luego si el niño vuelve a tocarlo sin recibir quemaduras la asociación entre tocar el horno y el dolor no será automáticamente desechada.
Esta asimetría básica, que un par de estímulos significativos tienen un importante efecto mientras que cuando no esten apareados el efecto es muy poco significativo es muy importante para la supervivencia.
Esta asimetría en el aprendizaje también subyace en muchos de los errores que colorean nuestros pensamientos acerca de eventos que han coincidido. Los humanos somos muy poco precisos para juzgar las relaciones entre los eventos que solo algunas veces coinciden.
Por ejemplo, si pensamos en el tío Enrique y luego inmediatamente llama él por teléfono esto parecería necesitar una explicación en términos de telepatía o precognición. Sin embargo solo podemos evaluar esto si consideramos el número de veces que pensamos en el tío sin que él llame, o cuando no pensamos en él y llamó de todos modos.. Este tipo de cosas tienen poco impacto en nuestros sistemas de aprendizaje. Porque estamos muy influenciados por los acontecimientos apareados, inferimos asociaciones e incluso relaciones causales entre dos eventos aunque no haya ninguna. Así, los sueños pueden corresponderse a menudo con posteriores eventos sólo por casualidad, y aún este apareamiento de sucesos tener un efecto dramático en las creencias. O cuando sintamos un resfriado manifestarse y tomemos vitamina C, cuando el resfriado no resulta ser tan fuerte después de todo inferimos una relación causal.
El mundo a nuestro alrededor abunda en coincidencias, algunas de las cuales son muy significativas, pero no así de la gran mayoría. Esto provee un campo fértil para el desarrollo de creencias falaces. Rápidamente creemos que existen asociaciones entre eventos, incluso cuando no es así. Somos llevados por eventos concurrentes en el tiempo a inferir que el suceso que ocurrió primero de alguna manera ocasionó que ocurra el segundo suceso.
Somos todos incluso más dados al error cuando eventos raros o emocionalmente sesgados están involucrados. Estamos siempre a la búsqueda de explicaciones causales, y tendemos a inferir causalidad cuando esta no existe. Usted quedará inquieto y tenso si escucha un fuerte ruido en su dormitorio y no puede hallar la fuente.

La Unidad de Pensamiento Crítico

La unidad de pensamiento crítico es el segundo componente de la máquina, y es adquirida—adquirida a través de la experiencia y de la educación implícita. Debido a la arquitectura del sistema nervios, antes descripta, nacemos daddos al pensamiento mágico.El niño que sonríe justo antes que una brisa mueva alguna cosa en su campo visual sonreirá una y otra vez, como si la sonrisa hubiera mágicamente causado el movimiento.
Debemos trabajar para superar esta predisposición mágica, pero no lo hacemos debidamente. Es a través de la experiencia y la enseñanza directa que comenzamos a entender los límites de nuestras interpretaciones intuitivas mágicas.
Se nos enseña la lógica y cuando nos sirve la usamos cuando parece apropiado. . De hecho, el paralelo cultural de este proceso  es el desarrollo del método formal de la lógica y de la investigación científica. Venimos realizar que no podemos confiar en nuestras inferencias automáticas sobre co-ocurrencia y causalidad. Así encontramos que no podemos creer en nuestras inferencias automáticas de concurrencia temporal y causalidad.
Aprendemos a usar simples exámenes de de razonamiento y evaluación de eventos de nuestro alrededor, pero también aprendemos que cierta clase de eventos no deben estar sujetos a la razón sino que deben ser aceptados por fé.

Cada sociedad enseña acerca de cosas transcendentales –fantasmas, dioses , espíritus y cosas así; y a menudo se nos enseña explícitamente a ignorar la lógica y aceptar las cosas basados en la fé o en la experiencia de otras personas. Para cuando somos adultos podemos responder a un evento en forma lógica y crítica o de un modo intuitivo basado en la experiencia.
Depende de cuál evento sea para que respondamos de una u otra manera.

-Si yo le dijera que anoche fui a casa y encontré una vaca en mi sala, usted estaría tentado más bien a reirse que otra cosa, esto aún cuando no hay nada imposible en tal evento.
-Si, por el contrario le comentara que entre a la habitación de mi abuelo y fui sorprendido por un resplandor sobre su armario   mientras la habitación se enfriaba usted quizá estará menos propenso a no creerme y más a prestar oídos a los detalles de mi relato, suspendiendo el análisis crítico que posiblemente aplicaría a mi historia de la vaca.

Algunas veces las emociones fuertes interfieren con la aplicación del pensamiento crítico. La racionalidad esta a menudo en desventaja con respecto al pensamiento intuitivo.

El sicólogo Graham Reed nos da el ejemplo de la “falacia del jugador”; suponga que observa una ruleta. Ha venido negro en diez ocasiones seguidas y un poderoso sentimiento intuitivo crece dentro suyo de que prontamente saldrá rojo. No puede salir negro por siempre. Aunque su mente racional le dice que la rueda no tiene memoria, que cada resultado es independiente de los que lo anteceden. En tal caso la lucha entre la intuición y la racionalidad no siempre es ganada por la racionalidad. Nótese que podemos prender o apagar la unidad de pensamiento crítico.
Como indiqué antes podemos apagarla totalmente si tratamos con creencias religiosas u otras cuestiones transcendentales.
Algunas veces deliberadamente la prendemos: “Esperen un momento, dejenme pensar esto” podríamos decir cuando alguien intenta sacarnos dinero para una causa aparentemente digna.

La unidad de deseos

El aprendizaje no ocurre en el vacío, no somos receptores pasivos de información. Activamente buscamos información para satisfacer nuestras necesidades. Podemos desear encontrar un sentido a la vida, o un sentido de identidad. Podemos desear recobrarnos de una enfermedad, o entrar en contacto con muertos muy queridos.
En general deseamos reducir nuestra ansiedad. Las creencias. Sean estas falsas o verdaderas, pueden calmar estos deseos. Usualmente creencias que pueden ser categorizadas como irracionales por los científicos son las que más atenúan estos deseos.
La racionalidad y la verdad científica tienen poco que ofrecer a la mayoría de la gente como remedio para las ansiedades existenciales. Sin embargo, creer en la reencarnación, la intervención sobrenatural y la vida eterna pueden aumentar aún más la ansiedad.Cuando deseamos más, cuando estamos en la mayor necesidad, somos también más vulnerables a las creencias falaces que pueden servir para satisfacer esos deseos.

La unidad de entrada

La información entra en el dispositivo  de  creencias  a veces bajo la forma de experiencia sensorial cruda y otras veces bajo la forma de información organizada, codificada, presentada oralmente, en libros, o películas. Somos detectores maravillosos del patrón, pero no todos los patrones que detectamos son los significativos.
Nuestros procesos perceptivos actúan de manera a encontrar sentido del ambiente alrededor de nosotros, pero tienen sentido — la opinión no es una reunión pasiva de información, sino   una construcción activa de una representación de qué está entrando  en nuestro mundo sensorial.
Nuestro aparato perceptivo selecciona y organiza la información del ambiente, y este proceso está conforme a muchas presunciones bien conocidas que pueden conducir a creencias distorsionadas. De hecho, es menos probable que seamos influenciados por la información entrante si no corresponde  a la creencia profundamente asumida.
Así, el cristiano muy espiritual puede estar muy preparado para ver a la Virgen Maria; información o experiencia perceptiva que sugiera que ella haya aparecido puede ser aceptada más fácilmente sin escrutinio crítico que lo que sería por alguien que sea un ateo. Es similar con respecto a las experiencias que se consideran paranormales en la naturaleza.

La unidad de respuesta emocional.

Las experiencias acompañadas por una fuerte emoción, pueden crear  inconmovibles creencias en cualesquiera explicaciones al evento aparezcan ante el individuo en ese momento. Si uno queda sobrecogido por un aparente caso de telepatía o un caso de OVNIS, luego pensamientos posteriores pueden quedar dominados por la falta de advertencia que la reacción emocional sería intensa , llevando a la conclusión de que algo inusual realmente pasó. Y la emoción puede directamente influenciar en la percepción y el aprendizaje. Algo puede ser interpretado como extraño o inusual debido a la respuestas emocionales. Hay evidencia de que nuestra respuesta emocional es accionada por información externa incluso antes de que seamos conscientes que algo haya pasado.Tómese este ejemplo proveído por LeDoux (1.994) en su artículo publicado de Scientific American (1.994. 270,pp.50-57).

Una persona va caminando entre árboles cuando capta información, tal vez audible, como hojas rozando, o visual como la vista de un objeto curvo en el suelo—que ocasionan una respuesta temerosa. Esta información aún antes de alcanzar el cortex cerebral es procesada en las amigdalas que lleva al cuerpo a emprender una veloz carrera. Un poco más tarde, cuando el cortex ha tenido tiempo de decidir si el objeto en cuestión era o no una serpiente, esta información aumentará la respuesta temerosa y comportamiento evasivo o servirá para no proceder de esa manera

Esto es relevante para comprender la experiencia paranormal, muy a menudo una experiencia emocional acompaña las experiencias paranormales.
Una coincidencia muy grande puede producir un disparo emocional que nos lleve a una explicación paranormal, porque eventos normales no suelen producir tales emociones.
Nuestros cerebros son también capaces de generar maravillosas experiencias perceptivas para las cuales raramente estamos preparados.
Experiencias fuera del cuerpo, alucinaciones, experiencias cercanas a la muerte, experiencias extremas, a estas es atribuible alguna explicación, no en alguna realidad externa transcendental, sino en el cerebro.No siempre somos capaces de distinguir lo que se ha originado en el cerebro  de algo del exterior al mismo.
Por tanto podemos atribuir falsamente al mundo exterior percepciones y experiencias creadas en el cerebro Tenemos poco entrenamiento en relación a tal experiencial. Como los niños aprendemos a no creer, la mayoría, en sueños y pesadillas. Nuestros padres y nuestra cultura nos dicen que son productos de la actividad de nuestros cerebros.
Pero no estamos preparados para las alucinaciones, experiencias cercanas a la muerte y experiencias extremas y a tal grado que que somos sobrepasados por las emociones y llegamos a ver tales experiencias como profundamente significativas y reales sea esto así o no.
Ray Hyman siempre ha advertido a los escépticos que no les sorprenda que un día tengan una fuerte experiencia emocional que paresca exigir una explicación paranormal. Dada la manera en que nuestro cerebro trabaja, es de esperar tales experiencias de tiempo en tiempo. Los no preparados pueden convertir esas experiencias en fuertes creencias. Cuando yo era un estudiante graduado, otro estudiante con quien compartía mi oficina, y que también era un escéptico como yo acerca de lo paranormal, vino a la universidad sobrecogido por el realismo y la claridad de un sueño que había tenido la noche anterior. En este, su tío en Connecticut había muerto, había sido un sueño tan emocional que Jack me dijo que si su tío moría pronto el no sería capaz de mantener su escepticismo acerca de la precognición – la experiencia fue así de fuerte. Diez años después, su tío aún vive, y el escepticismo de Jack también se encuentra intacto.

La unidad de memoria

A través de nuestra experiencia, llegamos a creer en la confiabilidad de nuestra memoria y en nuestra habilidad para juzgar si un recuerdo es confiable o no. Sin embargo, la memoria es un proceso constructivo antes que una representación literal de experiencias pasadas, y los recuerdo están sujetos a sesgos y serias distorsiones. No solamente la memoria se involucra ella misma en el procesamiento de la información entrante y en el moldeo de las creencias; sino que ella misma es fuertemente influenciada por las percepciones y creencias. Es muy difícil para un individuo rechazar los productos de su propio proceso de memoria, para la memoria todo parece tan real.

La unidad de retroalimentación ambiental

Las creencias nos ayudan a vivir.
Guian nuestras acciones e incrementan o reducen nuestras ansiedades. Si actuamos basados en las creencias, y esto “funciona” para nosotros, aunque sean fraudulentas, porqué estariamos inclinados a cambiarlas? La retroalimentación exterior, refuerza o debilita nuestras creencias , pero como las propias creencias influencian como es percibida la realimentación , las creencias pueden ser muy resistentes a informaciones contradictorias con nuestras creencias y experiencias. Si usted realmente cree en las abducciones por alienígenas, luego cualquier evidencia en contra será racionalizada, se dirá en jerga conspiraticia que “es la ignorancia de la gente” o cualquier otra cosa. Como fue mencionado antes, las creencias falaces pueden ser incluso más funcionales que aquellas basadas en la realidad.
Por ejemplo Shelley Taylor, en su libro Ilusiones Positivas, nos muestra una investigación que indicando que gente con depresiones no muy fuertes son con frecuencia más realistas acerca del mundo exterior que las personas más felices.
La gente emocionalmente sana, lo es hasta cierto punto por erigir falsas creencias –ilusiones—que reducen la ansiedad y aumentan el bienestar, así como los individuos deprimidos hasta cierto punto ven el mundo con mayor precisión. La gente feliz puede subestimar la posibilidad de enfermar de cáncer o de ser asesinados, y pueden evitar pensar acerca de la realidad última de la muerte, mientras que los deprimidos pueden ser mucho mas realistas en relación a estos asuntos.
na manera importante de buscar la realidad consiste en comparar nuestras creencias con las de otros.
Si yo soy el único que interpretó un resplandor extraño como una aparición, entonces es más posible que revea mi interpretación que si muchas personas compartan la misma. A menudo buscamos gente que esté de acuerdo con nosotros, o elegimos literatura que apoye nuestras creencias.
Si la mayoría pone en duda nuestra creencia. Entonces, aunque partes de una minoría, podemos trabajar colectivamente para disipar dudas y encontrar certeza. Podemos invocar conspiraciones y ocultamientos para explicar la ausencia de evidencia confirmatoria. Podemos trabajar para inculcar nuestras creencias en otros, especialmente en niños.
Creencias compartidas pueden promover solidaridad social e incluso un sentido de importancia para el individuo y el grupo.

En conclusión.

Las creencias son generadas por la máquina de creer sin una particular preocupación por la verdad. La búsqueda de la verdad es una orientación adquirida de orden mayor, que refleja una subyacente filosofía que presupone la existencia de una realidad objetiva que no siempre es percibida por nuestros sentidos.
La maquina de creer funciona siempre, fortaleciendo creencias, creando nuevas, raramente descartando cualquiera.
Podemos a menudo ver la tontería las creencias ajenas. Es muy difícil ver lo mismo en las nuestras. Creemos en todo tipo de cosas, abstractas y concretas—en la existencia del sistema solar, los átomos, las pizzas y los restorants de cinco estrellas en París. Tales creencias no son diferentes, en principio, de las creencias en hadas en el jardín, en los fantasmas, en hombres lobo, en conspiraciones satánicas, en curas milagrosas y otras. Tales creencias son similares en su forma, todas productos del mismo proceso, aun cuando varíen ampliamente en su contenido. También pueden, contener mayores o menores influencias de las unidades de pensamiento crítico y de respuesta emocional.El pensamiento crítico, la lógica, la razón, la ciencia—son términos que se aplican de una manera u otra para intentar superar los enredos en que caemos debido a la intuición, percepción distorsionada y memoria.

El auténtico pensador crítico acepta lo que poca gente acepta—que uno no puede rutinariamente creer en sus percepciones y en su memoria. Elaboraciones falaces de nuestra imaginación y reflexiones provenientes de nuestras necesidades emocionales pueden a menudo interferir o suplantar la verdad o la realidad.

A través de la enseñanza y la promoción del pensamiento crítico nuestra sociedad se alejará de la irracionalidad, pero no debemos esperar tener éxito en abandonar completamente nuestras tendencias irracionales debido a la naturaleza básica de nuestra máquina de creer. La experiencia es a menudo una pobre guía hacia la realidad.
El escepticismo nos ayuda a cuestionar nuestra experiencia. Deberíamos tratar de recordar las palabras de P.J. Bailey(en Festus: Una ciudad rural):

“Donde hay duda hay verdad”—o su sombra.