Psicoanálisis a un siglo de distancia

Por: Mario Bunge

Del libro 100 ideas

El psicoanálisis nació a la luz en 1900, con la publicación de La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud. Ernest Jones, su fiel discípulo inglés y principal biógrafo, nos cuenta que este libro, al que Freud siempre consideró su obra maestra, se reeditó ocho veces en vida de su autor. Y afirma que «No se hizo ningún cambio fundamental, ni hubo necesidad de hacerlo».

Semejante inmutabilidad basta para despertar la sospecha de cualquier mente crítica. ¿Por qué no fue necesario modificar nada esencial en una doctrina psicológica en el curso de tres décadas? ¿Será porque no hubo investigación psicoanalítica de los sueños? ¿O porque el primer laboratorio de estudios científicos de los sueños fue fundado recién en 1963, en la Universidad de Stanford, y sin la participación de psicoanalistas? Y si es así, ¿no será que el psicoanálisis es más literatura fantástica que ciencia?

Éste no es el lugar adecuado para hacer una investigación detallada de la teoría ni de la terapia freudianas: esta tarea ya fue hecha por docenas de psicólogos y psiquiatras científicos, de esos que no predican en los templos psicoanalíticos que son ciertas facultades de psicología latinoamericanas. Me limitaré a resumir una decena de resultados de esos análisis de algunos de los mitos más populares inventados por Freud. Helos aquí.

1. Inferioridad intelectual y moral de la mujer, envidia del pene, complejo de castración, orgasmo vaginal y normalidad del masoquismo femenino. Puros cuentos. No hay datos clínicos ni experimentales que los avalen. Lo único que hay son efectos psicológicos de la discriminación contra la mujer en la sociedad actual. Pero éstos están desapareciendo a medida que, contrariamente al notorio machismo de Freud, se va reconociendo la paridad de los sexos.

2. Todo sueño tiene contenido sexual, ya manifiesto, ya latente. Incomprobable, ya que, si en un sueño no aparece nada sexual, el analista “interpretará” algo en el sueño como símbolo sexual. Pero otro analista lo “interpretará” de manera diferente. Al igual que los viejos almanaques de los sueños, los psicoanalistas no exhiben pruebas de sus interpretaciones; pero, a diferencia de aquellos, los psicoanalistas no proponen reglas explícitas que sirvan, por ejemplo, para jugar a la quiniela.

3. Complejos de Edipo y de Electra, y represión de los mismos. No hay datos fidedignos, ni clínicos ni antropológicos, que indiquen la existencia de esos complejos. En cuanto a la hipótesis de la represión, sólo sirve para proteger las hipótesis precedentes: cuanto más enfáticamente niego odiar a mi padre, tanto más fuertemente confirmo que lo odio. Que es como decir que el campo gravitatorio es tanto más intenso cuanto menos acelere a los cuerpos en caída.

4. Todas las neurosis son causadas por frustraciones sexuales o por episodios infantiles relacionados con el sexo (p. ej., abuso sexual y amenaza de castración).Pura fantasía. La frustración sexual causa estrés, no neurosis (las que, por lo demás, no fueron bien definidas por Freud). No se ha probado que los abusos sexuales sufridos durante la infancia dejen huellas más profundas que privaciones, palizas, humillaciones u orfandad. Tampoco es plausible que todo olvido resulte de la censura por parte del fantasmal superyó. Se olvida lo que no se refuerza. Lo que sí se ha probado es que la llamada técnica de “recuperación” (implantación) de recuerdos reprimidos fue un pingüe negocio. En todo caso, los trastornos psicológicos tienen múltiples fuentes y, por tanto, múltiples tratamientos posibles. Algunos de ellos (p. ej., micción nocturna y fobias) se tratan exitosamente con terapia de la conducta. Otros (p. ej., depresión y esquizofrenia) responden a drogas. Y otros más (p. ej., violencia patológica) pueden necesitar intervención quirúrgica (en la tiroides o en la amígdala cerebral).

5. La violencia (guerra, huelga, etcétera) es la válvula de escape de la represión del instinto sexual. Salvo en casos patológicos, tratables con neurocirugía, la violencia tiene raíces sociales y culturales: pobreza, expansión económica, fanatismo político o religioso, etcétera. Por tener causas sociales, la violencia colectiva tiene remedios sociales. Por ejemplo, la delincuencia disminuye con la ocupación.

6. Sexualidad infantil. Mito. En efecto, la sexualidad reside en el cerebro, no en los órganos genitales. Sin hipotálamo ni las hormonas que éste sintetiza (oxitocina y vasopresina) no habría deseo ni placer sexuales. Y el cerebro infantil no tiene la madurez fisiológica necesaria para sentir placer sexual. Para entender la sexualidad hay que hacer investigaciones psiconeuroendocrinológicas y antropológicas, en lugar de fantasear incontroladamente.

7. El tipo de personalidad es efecto del modo de aprendizaje del control de los esfínteres. Falso. La investigación ha mostrado la inexistencia de esta correlación: las personalidades “oral” y “anal” son producto de la fantasía incontrolada de Freud. Hay muchos tipos de personalidad, y todos son producto del genoma, del ambiente y del propio esfuerzo. Más aún, lejos de ser inalterable, la personalidad puede ser transformada radicalmente por enfermedades cerebrales, accidentes cerebrovasculares, drogas y reaprendizaje.

8. Los actos fallidos (lapsos de la lengua) revelan deseos reprimidos. Sólo en algunos casos, y son los menos. La mayoría de las transposiciones de palabras son errores inocentes. Para provocarlas deliberadamente se arman los trabalenguas. Además, algunos sujetos son más propensos que otros a cometerlas.

9. El superyó reprime todos los deseos y recuerdos vergonzosos, los que se almacenan en el inconsciente. El analista lo destapa con el método de la asociación libre. Los experimentos más notables sobre el tema, los de la famosa investigadora Elizabeth Loftus (quien no es psicoanalista), no han mostrado la existencia de la represión. Y la experiencia clínica muestra que tampoco existe la asociación libre, puesto que el analista transmite a su cliente sus propias hipótesis y expectativas. A medida que aprende la jerga freudiana, el cliente “confirma” lo que su analista espera de él.

10. El ser humano es básicamente irracional: está dominado por su inconsciente. El inconsciente freudiano, como el diablillo cartesiano, jugaría arbitrariamente con nuestras vidas y a espaldas de nuestra conciencia. Esta visión pesimista de la humanidad no se funda ni puede fundarse sobre datos empíricos. Lo que no quita que algunos procesos mentales escapan, en efecto, a la conciencia. Pero ya Sócrates sostenía algunas cosas de las que no tenemos conciencia. Y el libraco El inconsciente, de Eduard von Hartmann, apareció cuando Freud tenía catorce años, y fue un best seller en alemán y en francés durante una generación. (Yo lo heredé de mi tío Carlos Octavio, quien a su vez puede haberlo heredado de su padre.) En todo caso, si es verdad que a menudo tenemos impulsos irracionales, también es cierto que otras veces logramos controlarlos. Que para eso se montan mecanismos de educación y control social. Y para eso hay quienes hacen ciencia o técnica auténticas: para ascender de lo irracional a lo racional.

En resumen, las fantasías psicoanalíticas son de dos clases: las incomprobables y las comprobables. Las primeras no son científicas. Y las segundas son de dos clases: las que han sido puestas a prueba y las que aún no han sido investigadas científicamente. Todas las del primer grupo han sido falsadas. Y, evidentemente, las del segundo grupo siguen en el limbo.

¿Qué queda de todo un siglo de psicoanálisis? Nada más que fantasía incontrolada. Los psicoanalistas no hacen experimentos, y ni siquiera llevan estadísticas de sus tratamientos. Además, ignoran por principio los hallazgos de la psicobiología y de la psiquiatría biológica. Su psicología es de sillón y sofá, porque son prisioneros del mito primitivo del alma inmaterial que no puede captarse por medios materiales, tales como la resonancia magnética funcional y otros métodos de visualización de procesos mentales.

El psicoanálisis es la teoría de los que no tienen teorías científicas de lo mental ni de lo cultural. Y es una curandería irresponsable que explota la credulidad. Como dijo Sir Peter Medawar, Premio Nobel de Medicina, el psicoanálisis es «Un estupendo timo intelectual». Ningún otro timo del siglo pasado ha dejado semejante huella en la cultura popular.

El éxito comercial del psicoanálisis se explica porque (a) no requiere conocimientos previos; (b) no exige rigor conceptual ni empírico; (c) pretende explicarlo todo con un puñado de principios: desde las neurosis y la rebelión adolescente hasta la religión y la guerra; (d) es un sucedáneo de la religión; (e) llenaba vacíos que dejó hasta hace poco la psicología científica, en particular la sexualidad, las emociones y los sueños; (f) se jacta de curaciones inexistentes; y (g) según el propio Freud, los psicoanalistas les hacen el favor a sus clientes de cobrarles la consulta: no hacen obra social.

Pero éxito comercial y penetración en la cultura de masas no son lo mismo que triunfo científico. Cien años de fantaseo psicoanalítico no han arrojado resultados equivalentes a los que arroja una semana de investigaciones de laboratorio en neurociencia cognoscitiva.

Además, hoy contamos con la psiconeuroendocrinoinmunofarmacología. Ésta es la palabra castellana más larga que conozco. Abreviémosla PNEIF. Este acrónimo designa la ciencia aplicada que busca fármacos que prometan reparar los trastornos del sistema neuroendocrinoinmune que se sienten como trastornos mentales, tales como el dolor y el pánico, la confusión y la amnesia, la alucinación y la depresión.

El caso de la PNEIF es uno de los pocos en que se conoce la fecha exacta del nacimiento de una ciencia: 1955. Ese año se descubrió el primer fármaco neuroléptico para el tratamiento de una enfermedad mental: la depresión. Antes sólo se conocían estimulantes, tales como la cafeína, la benzedrina y la cocaína; calmantes, tales como el opio; y drogas que, como el alcohol y el tabaco, al principio estimulan y luego inhiben.

La ciencia básica correspondiente es la psiconeuroendocrinoinmunología, o PNEI, fusión de cuatro disciplinas que antes estaban apenas relacionadas. No fue sino en el curso de las últimas décadas que se advirtió que las fronteras entre las distintas ciencias del cerebro son en gran medida artificiales, porque cada una de ellas estudia una parte o un aspecto de un único supersistema.

Por ejemplo, se ha descubierto que el órgano de la emoción (el sistema límbico) sostiene unas veces, y otras entorpece, las actividades del órgano del conocimiento (la corteza cerebral). Sin motivación no hay aprendizaje; a su vez, el motivo puede ser afectivo, tal como el deseo de agradar o de molestar a alguien. Y si la emoción es muy fuerte, como es el caso del pánico, el raciocinio falla.

Todo esto se ha sabido desde que los seres humanos empezaron a interesarse por sus procesos mentales. Lo que no se sabía antes es que estos procesos están bastante bien localizados en el cerebro. Por ejemplo, un ser humano que tiene una lesión grave en la corteza prefrontal (detrás de los ojos) tiene el juicio moral deteriorado. Es el caso, afortunadamente muy raro, de los psicópatas.

La PNEIF está de moda porque está abordando y resolviendo una pila de enigmas de la vida mental, y porque su uso médico promete curar o al menos atenuar las angustias de los enfermos mentales y acabar con el psicomacaneo y la psicocurandería.

Por ejemplo, si con una píldora diaria se logra controlar a un esquizofrénico, quedan sin trabajo tanto el brujo que sostiene que se trata de un caso de posesión demoníaca como el psicoterapeuta que asegura que el trastorno es resultado de un episodio infantil, y que trata al paciente con meras palabras.

La PNEIF es la versión más reciente, rigurosa y eficaz de la medicina psicosomática. El psicoanálisis ha quedado definitivamente tan atrás como el curanderismo, excepto como superstición popular y como negocio.

Para comprobar lo que acabo de afirmar basta preguntarle a un boticario qué píldoras se recetan con algún éxito para tratar angustias, obsesiones, depresiones, esquizofrenias y otros trastornos mentales. Y quien quiera saber qué fundamento tienen tales recetas, deberá consultar las revistas científicas que se ocupan de la mente y sus trastornos, así como los semanarios científicos generales Nature y Science.

Estas publicaciones están llenas de nuevos resultados sobre la psique. Ninguna de ellas acepta macaneos psicoanalíticos. Los psicoanalistas sólo usan revistas psicoanalíticas: constituyen una secta marginal con respecto a la comunidad científica. Su alquimia no transmuta ignorancia en conocimiento, sino mito en oro.

La popularidad del psicoanálisis entre los escribidores posmodernos se explica en parte porque no exige conocimientos científicos. Y en parte también porque los posmodernos, como los filósofos hermenéuticos y los practicantes de las “ciencias” ocultas, sospechan que todo es símbolo de alguna otra cosa. Sin embargo, incluso Freud admitió que, a veces, un cigarro es un cigarro.

Filosofar científicamente

Por: Mario Bunge. Extraído del libro 100 ideas.

Es sabido que, hasta hace un par de siglos, no se distinguió entre filosofía y ciencia. Los filósofos de la Contrailustración, en particular Hegel, Schelling y Fitche, fueron los primeros en erigir una pared entre ambos campos. Aun así, no todos los siguieron. Por ejemplo, el filósofo y matemático Bernhard Bolzano se inspiró en el gran matemático y filósofo racionalista Leibniz antes que en los románticos. Los neokantianos, de Cohen y Natorp a Cassirer, hicieron pininos para mostrar que la filosofía de Kant era compatible con la ciencia, aunque acaso necesitara alguna cirugía plática. A fines del siglo XIX se publicaba en lengua alemana una revista trimestrar de filosofía científica. Y de 1927 a 1938 los neopositivistas reunidos en el Círculo de Viena, y luego expatriados a los EE.UU., declararon que hacían filosofía científica. Que alguna de estas tentativas haya sido lograda aún hoy es motivo de debate.

La ruptura final de la filosofía con la ciencia vino con la hermeneútica de Dilthey, el intuicionismo de Bergson, el neohegelianismo de Croce y Gentile, la fenomenología de Husserl, el existencialismo de Heidegger y Sartre, y la filosofía lingüística del segundo Wittgenstein, Austin y Strawson. Es verdad que Bergson saludó al darwinismo. Pero al mismo tiempo afirmó que la razón no puede comprender la vida, y que la ciencia sólo puede dar cuenta de lo inanimado. Además, su crítica a la teoría especial de la relatividad fue tan lamentable que él mismo mandó retirar su libro de circulación.

¿Vale la pena intentar reaproximar ambos campos después de tantos fracasos y conflictos? Creo que sí, aunque sólo sea porque toda investigación científica presupone ciertos principios filosóficos. He aquí una muestra de tales principios tácitos: “El mundo exterior existe independientemente del sujeto y puede conocerse en alguna medida”, “todo es legaliforme: no hay milagros”, “para averiguar cómo es el mundo tenemos que ejercitar la razón y la imaginación, imaginar hipótesis y teorías, y diseñar y realizar observaciones y experimentos”. O sea, los científicos filosofan sin saberlo. Siendo así, es deseable explicitar, analizar y sistematizar las ideas filosóficas que los científicos suelen manejar en forma descuidada.

Una tarea útil que puede hacer el filósofo es estudiar y denunciar la ambivalencia filosófica de la mayor parte de los científicos. Me refiero al hecho de que, al tiempo que practican una filosofía, suelen predicar otra. Por ejemplo, cuando enseñan o escriben libros de texto suelen decir que toda investigación comienza por la observación o “se basa” en ella, y que las teorías no son sino compendios de datos observacionales. Pero a continuación introducen conceptos que denotan inobservables, tales como los del universo, tiempo, masa, peso atómico, longitud de onda, potencial, metabolismo, aptitud, evolución e historia. O sea, predican el empirismo pero practican una síntesis de empirismo con racionalismo.

Sin embargo, la filosofía de la ciencia, o epistemología, no es el único punto de contacto entre la filosofía y la ciencia. Todas las ramas de la filosofía se pueden encarar de manera científica. Esto no implica que el filósofo se ponga a hacer mediciones o experimentos. Sí implica que pone a prueba sus conjeturas y que, cuando trabaja un problema filosófico, se entera de los resultados científicos pertinentes.

Por ejemplo, si quiere tratar el problema del ser, debe comenzar por distinguir dos clases de existencia: la concreta (o material) y la abstracta (o ideal). Si quiere ocuparse de objetos ideales, tendrá que aprender el ABC de la lógica y de la matemática, que son las ciencias de los objetos abstractos. Si, en cambio, pretende filosofar sobre cosas concretas, tales como átomos, organismos o personas, tiene el deber de aprender el ABC de las ciencias que tratan de ellas.

De lo contrario, su discurso será obsoleto u oscuro, y por lo tanto inútil. Esto le ocurrió a Heidegger cuando escribió su famoso Ser y Tiempo, que podría haber sido escrito por un monje del siglo anterior al de Tomás de Aquino. Lo mismo ocurre con los filósofos de la mente que se niegan a enterarse de los descubrimientos sensacionales que está haciendo la neurociencia cognoscitiva, que trata las funciones mentales como procesos cerebrales. No están al día y por lo tanto no aportan conocimientos propiamente dichos: sólo aportan opiniones y juegos académicos.

Algo parecido ocurre con los problemas de los valores y de las normas morales. Es sabido que algunos juicios de valor son subjetivos, mientras que otros son objetivos. Por ejemplo, yo no puedo justificar que Mozart me guste muchísimo más que Bartok. Acaso pueda explicar esta preferencia en términos de mi educación, pero no puedo dar razones valederas. En cambio, todos podemos dar buenas razones para preferir el agua potable a la contaminada, la justicia a la injusticia, la solidaridad al egoísmo, la libertad a la tirazía, la paz a la guerra, etc.

O sea, hay valores objetivos y por lo tanto justificables, además de los subjetivos, que son mera cuestión de gusto. Siendo así, es posible y deseable intentar fundamentar la axiología y la ética sobre la ciencia y la técnica, en lugar de sostener que los valores y las reglas morales son puramente emotivos, o convenciones sociales, o normas impuestas por el poder económico, político o eclesiástico.

Por ejemplo, se puede argüir en favor de la retribución justa del trabajo, recurriendo no sólo a los sentimientos de compasión y solidaridad, sino también a las estadísticas que muestran que la longevidad y la productividad aumentan con el ingreso. O sea, la justicia social es buen negocio.

Procediendo de esta manera, se puede mostrar que no todas las doctrinas filosóficas son meras opiniones, ni menos aún supersticiones, sino que algunas de ellas pueden abonarse con conceptos o datos científicos.

Ya pasó el tiempo de la especulación filosófica desbocada. Llegó el tiempo de la imaginación filosófica alimentada y controlada por los motores intelectuales de la civilización moderna: la ciencia y la técnica. Llegó el tiempo de frecuentar más el taller filosófico que el museo de filosofías caducas.

“Enfrentar a los charlatanes es una obligación de toda persona racional”

Según el profesor José Antonio López Cerezo, catedrático de filosofía de la ciencia y lógica de la Universidad de Oviedo, España, toda persona racional tiene la obligación de enfrentar a los pseudocientíficos y demás charlatanes. López Cerezo también indicó que la racionalidad enriquece la vida humana. Abogó por la divulgación de las ciencias humanas.

El filósofo estuvo unos días en Asunción para impartir clases, charlas y conferencias dentro del marco de la cátedra Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) organizada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

López Cerezo es coordinador de la Red temática de CTS de la OEI y coordinador de investigación de la Unidad de Cultura Científica del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) de Madrid. Tiene diversas publicaciones científicas, monografías y libros.

Aprovechamos para conversar extensamente con él sobre diversos temas. Aquí, un extracto de la entrevista, donde hace hincapié en la figura del divulgador.

A comienzos de mes, tanto la comunidad científica y escéptica de España y de otros puntos de Iberoamérica se solidarizaron con el bioquímico y divulgador José Miguel Mulet, quien fuera maltratado por la periodista española Mercedes Milá en un debate televisivo donde refutó la idea de la “Enzima prodigiosa”, pseudociencia de Hiromi Shinya.

-El caso de Miguel Mulet despertó una cierta campaña en contra de las pseudociencias y las supercherías más difundidas en nuestros países. Si bien es cierto que el divulgador debe hablar, informar o educar sobre ciencia, algunas veces le toca desmitificar y discutir con los embusteros de la ciencia. ¿Debe el divulgador o el científico enfrentarse a los charlatanes?

-Enfrentarse a los charlatanes es una obligación. Conozco a Mulet y tengo una muy buena opinión suya y de su trabajo. No solamente los científicos deben responder a los charlatanes, sino cualquier persona racional. Hay que combatir este irracionalismo que se promueve mucho últimamente. Hay que atacar la astrología, la numerología, las pulseras magnéticas que curan y todo lo que perjudica a la ciudadanía.

-¿Por qué?
-Porque contaminan las mentes y empobrece nuestras vidas. La racionalidad es lo que más enriquece a la vida, a todo ser humano.

-Es por eso que precisamos divulgación científica rigurosa.
-Exacto. Y el con respecto a los divulgadores, mientras más seamos, mejor. Pero no debemos olvidar que las ciencias no terminan en la física, la química o la biología.

-¿Hay que divulgar las ciencias humanas?
-Sí. Es fundamental. Divulgar historia, filosofía, lengua, etc. Pero, además de defender a las humanidades, cada vez deberíamos forjar más puentes entre las diferentes ciencias. Hay universidades que en sus carreras de ingenierías, por ejemplo, destinan un 30% de las materias a las ciencias humanas. Esto pasa en Estados Unidos. Se enseña, por ejemplo, historia de la ingeniería o ética.

Trappist-1, un sistema sin mitos y mucha ciencia

 

Por Eduardo Quintana

No se descubrió vida extraterrestre, ni indicios de agua ni algo sobrenatural. Es algo más alucinante que eso: el método científico aplicado una vez más a la ciencia planetaria. El descubrimiento de los siete exoplanetas alrededor de la Enana Roja Trappist-1 representa un gran avance en la astronomía moderna, así como también desafíos teóricos y tecnológicos que nos ayuden a comprender más nuestro Universo.

Antes de su charla del sábado y como antesala al eclipse parcial de Sol, conversamos un rato con Félix Piriyú sobre mitos y verdades en torno al sistema de Trappist-1, a casi 40 al de distancia y con una investigación que impone un nuevo hito en la reciente historia de la ciencia espacial. Félix es un miembro de APRA aficionado a la astronomía. Fue secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica, Cedia.

-¿El hallazgo de Trappist-1 representa algo inédito en la astronomía moderna? Es la primera vez que se descubren varios planetas con masas similares a la de la Tierra en un mismo sistema.

-Sí, es la primera vez que se detectan 3 exoplanetas en la Zona Habitable de una estrella. Hay que tener especial cuidado al usar la expresión “similares a la Tierra”, ya que los datos que tenemos de estos exos son su velocidad de traslación de lo cual se deduce su masa, pero no sabemos nada de su atmósfera, temperatura o si tienen o no tienen agua.

Por la proximidad a su estrella también podría ser que están anclados gravitacionalmente y siempre muestren una sola cara a su Sol, lo que implicaría un clima muy distinto al que conocemos en la Tierra.

-Sin embargo, ¿puede este estudio internacional afirmarnos que los planetas rocosos similares a la Tierra podrían ser comunes en otras partes del Universo?

-A medida que los instrumentos de observación mejoren, sabremos qué porcentaje de los exos que descubramos son rocosos y así podríamos afirmar si los planetas similares a la Tierra son comunes. Hay que tener en cuenta que solo podemos detectar exos en nuestra galaxia y solo lo podemos hacer en un radio muy reducido, por lo tanto dar una respuesta a dicha pregunta tardará un poco más.

-¿Es inusual tener a una Enana Roja con un sistema de planetas rocosos? ¿Qué características tienen las enanas rojas?

-Esta pregunta guarda mucha relación con la respuesta anterior. Todavía faltan datos estadísticos para saber si es una característica usual en este tipo de estrellas. La estrella más cercana al Sol es una Enana Roja, al parecer son el tipo de estrellas más numerosas en la Vía Láctea. Las Enanas Rojas son estrellas pequeñas, tienen menos de la mitad de la masa del Sol, emiten muy poca luz, apenas alcanzan el 10% del brillo de nuestra estrella. Otra característica interesante es que pueden “vivir” muchísimo tiempo, tanto más que lo que se estima tiene de edad nuestro Universo.

-El método de detección de estas 7 exotierras fue de nuevo por tránsito, es decir, no miramos directamente los planetas. ¿El nivel de precisión es muy alto? 

-El método del tránsito es muy usado, consiste en observar la variación de brillo de una determinada estrella, cuando un exoplaneta se interpone entre nuestra línea de visión y la estrella, el brillo disminuye, la periodicidad de este suceso nos dice el periodo del exo y luego con otros datos se arman los modelos para describir el tipo de exoplaneta en cuestión. La precisión de estos datos es lo que nos indica su nivel de certeza, en algunos casos se han hecho anuncios de exos que luego fueron descartados al mejorar las observaciones.

-Se usaron al menos ocho telescopios terrestres y dos espaciales en este descubrimiento, ¿sigue marcando la diferencia observar desde nuestro planeta que fuera de él?

-La ventaja de observar desde el espacio es que se elimina el efecto negativo que tiene la atmósfera terrestre sobre las imágenes astronómicas; la desventaja es que los telescopios espaciales no pueden ser de gran tamaño porque el peso dificulta ponerlos en órbita. El Telescopio Espacial Hubble tiene un espejo de 2,4 metros, en cambio en tierra tenemos telescopios de 10 metros de diámetro.

Mientras más grande el espejo, mejores observaciones se pueden hacer. Para el caso de la detección por tránsito lo que se mide es la luz, así que para estos casos relacionados a la detección de exos no hay mucha diferencia en el tipo de telescopio que se está usando.

Trappist-1

-Los siete exoplanetas presentarían características similares, ¿por qué debemos estudiar sus atmosféras? ¿Cómo lo haremos?

-La atmósfera nos cuenta un poco de la historia del planeta y nos permite teorizar sobre las condiciones de la superficie, tenemos el caso del planeta Venus que está cubierto de una densa atmósfera la cual atrapa el calor del Sol, esto eleva la temperatura ambiente en el rango de los 500 grados.

Estudiar la atmósfera de un exo es muy complicado, primeramente, solo podríamos estudiar la atmósfera de los exos que podemos ver, en esos casos la luz que viene de la estrella atraviesa la atmósfera del exoplaneta y los fotones que llegan hasta nuestros instrumentos nos cuentan cómo está constituida dicha atmósfera.

Estos 7 exos fueron detectados por el método del tránsito, así que ni siquiera los podemos ver, solo sabemos que están ahí porque eclipsan la luz de su estrella madre. En estos casos solo se pueden teorizar modelos de atmósferas, nada más que eso.

-Tres de los siete planetas se encuentran en la zona de habitabilidad de su estrella. Que sean potencialmente habitables no significa que cuenten con vida. Si no que es un indicador. Además de agua, ¿qué otros elementos nos hacen suponer que pudiera haber vida en esas exotierras?

-Es así, lo de habitables es principalmente por la característica de que podrían tener agua en estado líquido, hay que tener en cuenta también otras cosas, por ejemplo las Enanas Rojas emiten regularmente fulguraciones, tormentas solares que podrían pegar de lleno en dichos exos matando cualquier cosa que se parezca a la vida que conocemos. También está el hecho del anclaje gravitacional que ya mencionamos, esto podría dificultar las chances para el desarrollo de la vida. Son muchas las variables que hay que tomar en cuenta para decir si tal o cual exo podría ser habitable.

Para que se desarrolle vida se necesita agua, otro ingrediente necesario es la energía. En el caso de la Tierra está el Sol o los sitios donde aflora el calor interno de la Tierra; este calor puede sostener vida como el caso de las fumarolas submarinas. Si hay alguna forma de energía aprovechable y si hay agua, entonces es probable que se desarrolle la vida, hasta ahora lo que sabemos de estos exos es que hay una muy alta probabilidad de que estén ahí, orbitando su estrella, no tenemos evidencia de nada más.

-Se encuentra a casi 40 años luz (al) de distancia, ¿de igual manera podemos estudiar a Trappist-1? ¿Con qué tipo de tecnologías?

-Como hay varias estrellas parecidas a Trappist-1 y conocemos el ciclo de vida de las estrellas, podemos inferir mediante modelos cuales son las condiciones para este tipo de sistemas, no podemos hacer observación directa de los exos, pero sí podemos observar la estrella, ya sea con telescopios espaciales o conjuntos de telescopios terrestres. Por el espectro de la luz sabemos qué tipo de elementos tiene y su temperatura, podemos medir también la frecuencia con que se producen tormentas solares y qué tan potente son, todo eso puede ser estudiado con tecnologías actuales.

Usando el método tradicional de propulsión llegar a la estrella más cercana al Sol nos tomaría 30.000 años, esta estrella es Próxima Centauri y está a 4 al, llegar a Trappist-1 por lo tanto implicaría cuadruplicar esos 30.000 años. Sin duda el “Viaje a las Estrellas” aún está lejos de nuestras posibilidades.

-¿Por qué es importante estudiar hoy en día a los exoplanetas? ¿Por qué la astronomía moderna se ocupa mucho de ellos?

-Porque es ciencia de primera línea, el desarrollo de tecnología para poder detectarlos implica complejos componentes y métodos de análisis especializados.

La astronomía planetaria es una disciplina que se está desarrollando, se está encargando de buscar planetas y planetas enanos en nuestro Sistema Solar, así como exoplanetas en otras estrellas, por lo tanto tiene mucho empuje. Buscar otros mundos ya sea por el afán de conocimiento o como un posible destino futuro para la humanidad también es una razón valedera para ocuparnos de los exoplanetas.

-Hasta el momento no tenemos evidencia de la existencia de otros seres vivos fuera de la Tierra y de la ISS, ¿busca la ciencia vida extraterrestre (ET) y vida ET inteligente?

-Hasta el presente no hay una sola evidencia de vida fuera de la Tierra. Dentro del Sistema Solar hay candidatos que podrían albergar vida, uno de los candidatos principales es la luna de Saturno llamada Encelado, sabemos que tiene un mar interior, conocemos su PH inclusive. Otros candidatos son Marte y la luna de Júpiter conocida como Europa. De entre todos estos candidatos creo que será Marte el que primero podremos confirmar o descartar como huésped para la vida fuera de la Tierra.

En cuanto a los ET inteligentes el proyecto SETI es el único proyecto científico que trata de encontrar algún tipo de señal proveniente de una civilización extraterrestre, rastrea el espacio captando ondas electromagnéticas para luego analizarlas.

Llevan décadas escuchando sin detectar absolutamente nada, por lo tanto podemos decir que actualmente tampoco tenemos ninguna evidencia de que existan civilizaciones extraterrestres que emitan señales de radio.

-A la par de la difusión de estas noticias, se difundan otras pseudocientíficas, que vinculan esto a cuestiones sobrenaturales o alienígenas, ¿cómo hacer para evitar tanta desinformación al respecto?

-Las personas o los grupos que se dedican a la divulgación de la ciencia podrían hacer algo positivo en este aspecto, siempre y cuando encuentren el espacio y la forma de llegar a la gente. Se podría también incentivar a las personas a que lean sitios especializados en noticias científicas, sitios de divulgación. Así, cuando leen o escuchan afirmaciones pseudocientíficas podrían acudir a estos sitios especializados y obtener información veraz. A mi criterio, la divulgación de la ciencia es lo mejor que se puede hacer para luchar contra las pseudociencias.

PLUS ASTRONÓMICO

Eclipse del domingo
Este domingo, uno de los eventos principales de la astronomía y al alcance de casi todos es el eclipse parcial de Sol que se podrá ver desde nuestro país. Félix asistirá al evento de la organización EntroPy, que hará la observación desde el Cerro Hu, en Paraguarí. Piriyú hablará sobre las órbitas de la Tierra y la Luna, la inclinación de los ejes de rotación con respecto a los planos orbitales, y explicará los ciclos de eclipses llamados Saros.

Recomendaciones para la observación:

  • El Sol puede dañar permanentemente la visión o producir ceguera. Nunca mirarlo directamente y sin protección
  • El material más económico para una observación segura es el vidrio para casco de soldador número 14 (se consigue en ferreterías).
  • Lo recomendable sería mirar a nuestra estrella con protector por 10 o 15 segundos y luego descansar la visión.
  • El eclipse no es un fenómeno sobrenatural, está bien medido y estudiado.

No deben usar estos materiales para observar el Sol:

  • Lentes de sol, ya sean originales o no
  • Películas de fotografías veladas o negativos
  • Placas de rayos X.
  • CDs
  • Binoculares o Telescopios
  • Filtros solares del eclipse del 94
  • Vidrios ennegrecidos o polarizados
Investigación original en la revista Nature.

Richard Dawkins y una “supernova en la oscuridad”

Una luz fugaz en la oscuridad

Por: Ariel Insaurralde Alviso, bioquímico y Coordinador de Investigaciones en la DGICT-Universidad Nacional de Asunción. insaurralde.alviso@gmail.com

Particularmente considero a Richard Dawkins como el más importante escritor de divulgación científica de nuestros días. Su último libro, “Una luz fugaz en la oscuridadRecuerdos de una vida dedicada a la ciencia” (TusQuets, 2016), es una magnífica obra, que paradójicamente al título, es una verdadera “Supernova Científica”, sobre todo para los que amamos la ciencia y el conocimiento desde su esencia escéptica y racionalista.

Lejos de presentarnos exclusivamente un libro de ricas memorias de la comunidad científica, Dawkins repasa y actualiza conceptos fundamentales expuestos de sus grandes best sellers (Del “Gen Egoísta” al “Espejismo de Dios”), así como clarifica términos e ideas novedosas y las profundiza con detalles sumamente interesantes.

El Profesor Dawkins posee el “don divino” (valga la ironía) de trasladar ideas, hipótesis y conceptos complejos, de manera simple y efectiva, generando una fácil comprensión de parte del lector. Al mismo tiempo, destaca acontecimientos “cuasi caseros” ocurridos en eventos científicos, encuentros con celebridades del mundo de la ciencia y mediáticas (encabezado por Lalla, su tercera esposa), así como hechos muy curiosos como cuando menciona que él, Steve Pinker, Jim Watson y Craig Venter, tienen sus genomas enteramente secuenciados.

Avanzando en el apasionante contenido de la obra, el profesor remarca conceptos y los expone de manera didáctica; se explaya en temas como, la evolución del lenguaje y su transformación crítica, para que alcancemos el progreso evolutivo que vivimos hoy día; resume el casi inefable concepto de “evolución de la evolucionalidad”,  así como la importancia de los “Genes espejo” en la simetría corporal.

Un apartado especial tiene el repaso y la actualización de los famosas “Biomorfos” o “bioformas”, basados en selección artifical y en el que Dawkins divaga en la hipotética evolución de infinitas y bellas formas, basadas en un programa creado por él mismo (introducidas en su maravillosa obra “El Relojero Ciego”).

La evolución no sólo es parte del “ADN conceptual” de Dawkins, también es un hecho en la evolución de sus conceptos e hipótesis, así nos presenta la evolución de sus “Biomorfos”, a partir del trabajo realizado sobre “Antromorfos”.

Un punto importante es la validación de conceptos, en este caso el autor, reafirma los conceptos plasmados en “El Gen Egoísta” de 1976, basado en conceptos como la duplicación génica. Por otro lado, se ahonda en el “Gen Cooperativo” y su importancia fuera del acervo genético, para desarrollar el concepto de “Cooperador Egoísta”.

Explicando y reforzando la ubicuidad de la “Evolución Universal”, profundiza los términos de Embriología epigenética (tipo papiroflexica) y Embriología preformacional (tipo impresora 3D), a fin de desarrollar el concepto de Selección Natural Darwiniana y otras formas hipotéticas de evolución en en otros mundos u otros sistemas.

Refrescándonos la memoria, Dawkins hurga en el nuevo replicador, en la unidad que permite lo que llamamos “Evolución Cultural”, al tan controvertido “meme” y desarrolla el hiperconcepto de “Memeplex”.

En síntesis, Dawkins un académico y un científico con todas las letras, desnuda su “espiritualidad científica” en esta obra preciosa y didáctica, se muestra como es, no sólo menciona sus éxitos, sus aciertos y se vanagloria, sino que el gran científico revela sus miedos, sus errores en toda una vida dedicada a la ciencia y en la búsqueda permanente de la verdad.

“Los escépticos paraguayos cuestionan todo”

Según el presidente de APRA, Ricardo Montanía, los escépticos paraguayos cuestionan todo y no aceptan liderazgos fuertes. Sin embargo, sostiene, que aunque la individualidad es una característica de los librepensadores, el trabajo en conjunto a favor de la razón y el escepticismo ayudaron a visibilizar a los compatriotas que no siguen religiones, deidades ni pseudociencias.

Por Eduardo Quintana
@edquintana

En el año 2006, cuando comenzó a popularizarse el Nuevo Ateísmo, en el mundo anglosajón, con los Cuatro No Jinetes del Apocalipsis, en Asunción se reunían tres amigos para encausar un movimiento atípico en una sociedad históricamente conservadora: una organización atea, racionalista y escéptica. Meses después de los primeros encuentros, nacía la Asociación Paraguaya Racionalista, APRA. En el 2007 aceptó a sus primeros miembros.

Históricamente, según el historiador y aprano Claudio Fuentes, a inicios del siglo XX, hubo en Paraguay un medio de prensa librepensador, que defendía principios racionalistas. El periódico se llamaba “La Voz del siglo” y estaba dirigido por Ramona Ferreira. El diario el Porvenir también asumía posiciones escépticas y críticas. El debate del pensamiento estuvo muy presente en conferencias o discusiones que se tenían tanto en la academia como en los medios de prensa de la época.

Hasta 1992, Paraguay fue un Estado católico y el presidente de la República tenía la obligación de pertenecer a la religión oficial. Es en esta apertura democrática que los ateos, agnósticos o no religiosos comenzaron a visualizarse más, pero recién en el siglo XXI se llegó al movimiento organizado.

Según un estudio de 2010 del Centro de Investigaciones Pew, de Estados Unidos, el 1,1% de la población paraguaya era no religiosa, alrededor de 70.000 personas y que esa tendencia se mantendría por lo menos por cuatro décadas más. El único estudio a nivel local es una encuesta realizada por el diario La Nación, que sitúa a los ateos y agnósticos de Asunción y Central en el 4% de la población de capital y área metropolitana.

El estudio de Pew asegura que la tendencia del 1,1% de no religiosos en Paraguay se mantendrá.

El estudio de Pew asegura que la tendencia del 1,1% de no religiosos en Paraguay se mantendrá.

APRA llegó a tener más de 100 miembros hace algunos años, incluso contó con escépticos de otros países americanos. Actualmente, los miembros activos de la asociación suman 30 personas. Los dos miembros honoríficos de la organización son el filósofo y científico Mario Bunge y el científico y pensador Antonio Cubilla.

En este extensa entrevista realizada hace unos meses al ingeniero Ricardo Montanía, que ya tuvo la presidencia en otras oportunidades, se resaltan los orígenes de la agrupación racionalista y las ideas que defiende. Incluso, hace una caracterización de los escépticos locales.

-¿Es válida la encuesta que publicó La Nación años atrás sobre que el 4% de los asuncenos y centralinos son ateos o agnósticos?

-No tengo motivos para dudar que sea consistente con la realidad, hay numerosos estudios que apuntan en esa dirección al señalar que los países menos desarrollados y pobres tienen un alto nivel de religiosidad. En efecto, el Paraguay presenta los caracteres de país pobre, con indicadores de desarrollo social paupérrimos y todos los inconvenientes del subdesarrollo que son usuales en los países con mayor índice de religiosidad.

Los países más desarrollados tienen altos porcentajes de ateísmo, como puede comprobar cualquiera que desee hacerlo. Si el Paraguay tuviera un alto porcentaje de ateos, con el nivel pobrísimo de desarrollo que tiene sería una verdadera anomalía estadística.

-¿Cómo un ciudadano paraguayo se hace ateo?

-Decir que se “convierte” al ateísmo da la impresión de que el ateísmo es otra adscripción religiosa, y no es así. En países como el nuestro el ateísmo es el resultado de un proceso lento y sistemático de incorporación del conocimiento científico a nuestras vidas, de suerte tal que se hace posible comprender que el universo no requiere de una explicación metafísica o sobrenatural.

Encontrar un paraguayo ateo es altamente improbable, tal y como se refleja en los estudios antes mencionados, es porque el método por el cual las creencias religiosas se perpetúan en el tiempo está plenamente vigente en nuestro país.
Si miramos a los católicos que son absoluta mayoría vemos que operan sobre los niños, ellos son bautizados a tierna edad y en la ceremonia se encomienda, literalmente. a un ejército de personas, velar porque la fe de sus ancestros le sea inculcada.

Todo lo que ve y oye tanto en el colegio, la calle o su casa en ese sentido son manifestaciones teístas y crece con el convencimiento de que la fe es una gran virtud y no el vicio del carácter como en realidad es.

Entonces al llegar a cierta edad, de no mediar circunstancias muy especiales, el joven es ya un teísta cuyas capacidades críticas están convenientemente atenuadas o apagadas y es presa fácil de todo tipo de supercherías religiosas o no.

Los ateos paraguayos que conozco, y conozco a muchos, lo son porque lograron pasar indemnes por ese mecanismo perverso o porque tenían un amor especial por el conocimiento que los llevaron a desapegarse de los dogmas tan eficientemente inculcados y con la lectura y el apego a la ciencia lograron darse cuenta que la visión teísta del Universo es, sin dudas, falsa y sin sustento racional y que la única posición razonable de un ciudadano libre e informado del siglo 21 es la del ateísmo.

-¿Cómo se puede saber el número de no creyentes que hay hoy en Paraguay? Pew apunta al 1,1% de la población.

-Es difícil definir con claridad esa cuestión, ocurre que es muy escaso el número de personas que tenga una posición “ortodoxa” en cuanto a sus creencias, es escaso el número de personas que crea, por ejemplo que la hostia consagrada sea el cuerpo de un carpintero judío que murió hace dos milenios, como exige el dogma Católico.

Sostengo que la mayoría de creyentes en este país es gente que cree que hay “algo” superior allá arriba y que relacionan de alguna manera indefinida con Jesucristo o alguna de sus variantes.

-Pero también hay variantes entre los ateos…

-Aún los ateos menos crédulos o dados a las fantasías, tienen enormes dificultades para tener una visión totalmente materialista del Universo, como es la del ateísmo de nuestros días. Se trata de un problema de falta de conocimiento de los últimos avances científicos en cosmología que nos muestran que lo más probable es un Universo totalmente natural, que no necesita de un ser transcendente que lo rija ni de un creador omnipotente que le haya dado origen.

Si la pregunta será tal que “no creyente” significa una visión totalmente naturalista del Universo, como la que APRA propugna, sin dudas que el resultado será de muy pocos ateos o agnósticos, en concordancia con la catástrofe educativa en que nuestro país se debate.

-APRA cumple su primera década de existencia, ¿por qué aparece recién en el siglo XXI una asociación escéptica en el país?

-El tipo de asociación escéptica que APRA pretende ser llega a nuestro país con unos treinta años de retraso, los escépticos existieron siempre, desde los griegos, pasando por aquel gran crítico de la religión y el estado Jean Meslier y los de la Ilustración, pero hablamos ahora de organizaciones escépticas racionalistas que pretenden someter a todo tipo de cosas al rigor del análisis escéptico racionalista, es decir exigiendo para todas las cuestiones del devenir humano una justificación adecuada racionalmente acerca de su grado de verdad.

Es de suponer que para un país, muy conservador como el Paraguay, tan poco dado a aceptar cuestionamientos frontales como es propio de este tipo de organizaciones, la aparición de una organización como APRA sea tardía y su supervivencia incierta. El hecho que aún persista un núcleo importante de racionalistas dispuestos a llevar adelante la organización es muy significativo y permite suponer que es posible su continuidad.

-¿Fue difícil organizar y representar a los ateos y escépticos paraguayos?

-Es muy difícil la organización y el desarrollo de este tipo de asociación por las propias características de las personas que adhieren a las ideas que le son propias, en su mayoría gente muy poco dada a aceptar liderazgos fuertes, cuestionadoras de absolutamente todo, o que son ellas mismas líderes en su campo.

Entonces es difícil y hasta repulsivo para esta clase de gente actuar en forma colectiva, pues la individualidad es el sello que los caracteriza.

Apostasía colectiva, en diciembre de 2010, frente a la Catedral de Asunción.

Apostasía colectiva, en diciembre de 2010, frente a la Catedral de Asunción.


Sin embargo también son gente razonable y si hay un hecho que hemos constatado con claridad acerca de estas cuestiones es que la acción individual en pro de la racionalidad y el escepticismo, aunque loable y en ocasiones destacada, tiende a perderse y ser poco fructífera.

En otras palabras, quienes integramos APRA, llegamos al convencimiento de que si queremos influir en la sociedad de manera efectiva, no tenemos otra sino renunciando en parte al individualismo que nos caracteriza como personas y actuando en forma conjunta y organizada.

-¿Cuáles son las ideas generales que defiende la Asociación?

-APRA defiende la idea que la razón es la que debe primar en la resolución de los problemas humanos, esto es, decimos que la ciencia es el mejor método para conocer el mundo y el parámetro que se debe utilizar para guiar nuestra moralidad, que no existen autoridades o “vacas sagradas” o “libros sagrados” que deban ser seguidos irreflexiva y acríticamente.

Ese es el principal aspecto que la hace tan corrosiva para las ortodoxias, en APRA sostenemos que todas las creencias, opiniones e ideas pueden y deben ser sometidas al escrutinio escéptico para ser aceptadas. Y como sabemos, una conocida y muy querida tradición de los creyentes es la de pretender que su cuerpo de creencias dogmáticas sea apartada de la mesa de análisis, “de eso no se discute”, porque son cuestiones “sagradas” y la ira divina caerá sobre quienes osen someter al análisis de la razón a esos temas

-También se combaten las pseudociencias.

-Además de lo anterior, APRA pretende luchar contra el abuso de la credulidad pública, es decir contra los comerciantes de la ignorancia que tienen por víctimas a los que creen en sinrazones científicamente conocidas como falaces, tales como la astrología, la quiromancia, las medicinas alternativas, el psicoanálisis, la programación Neurolingüística y un enorme y preocupante número de etcéteras.

Otro aspecto importante es el que algunos autores escépticos mencionan en el sentido de ser “los caballeros andantes de la ciencia”, expresión que es importante aclarar. Los escépticos no somos necesariamente científicos, pero buscamos defender a la ciencia de los ataques del oscurantismo. Se debe a que ni el Estado, ni la universidad y ni aún los propios científicos se han mostrado aptos o interesados en defender a la ciencia del ataque constante a que es sometida. El movimiento escéptico racionalista mundial es el que levanta la voz en defensa de la ciencia.

-En Paraguay, la palabra “ateo” estuvo asociada en la dictadura stronista a apátrida, comunismo, homosexualidad, ¿se tiene este preconcepto en plena democracia en el país?

-Quizás a la palabra “ateo” ya no se la relacione con los términos mencionados, pero el prejuicio de que el ateo pueda encarnar una suerte de inmoralidad, aquello de que sin Dios todo está permitido, sigue presente. Asegurar que no se cree en un ser supremo y que no se tiene fe en un ser que crea e interviene en el Universo, sigue convirtiendo en sospechosa a la gente.

También se relacionaba al comunismo con el ateísmo dogmático propio de la doctrina materialista de la ideología Marxista, cosa que es radicalmente diferente del ateísmo racional que propugnamos.

Sin embargo, más allá de algunas escaramuzas absolutamente intrascendentes, no veo que eso sea un problema en el Paraguay de hoy día, al menos no en la escala en que lo era durante la dictadura.

-¿Qué hizo APRA en estos años de existencia?

-Pienso que, en ciertos ámbitos capitalinos sobre todo, logró instalar la idea de que el ateísmo no se trata de una suerte de satanismo misterioso en el que sus miembros se dedican a devorar infantes, sino de gente que pasando por las mismas circunstancias que los demás paraguayos, pretendemos una sociedad más racional.

Originalmente hemos surgido como intento de dar una visión racional de las cosas, y con nuestro programa de radio y nuestra participación en la prensa, oral, escrita y televisiva, a más de las redes sociales, hoy día los ateos y escépticos ya no son la “rara avis” de otros tiempos sino que somos “parte del paisaje” aceptado.

La tarea por delante es ciclópea, apenas hemos comenzado.

-¿Se sienten discriminados, insultados o dejados de lado los no creyentes la el Paraguay de hoy?

-Solo puedo responder por mí mismo y por la opinión mayoritaria de mis amigos de APRA, y la respuesta es que no, no sentimos tal circunstancia. Más allá de ciertas manifestaciones de inquietud y rechazo totalmente comprensibles, no tenemos ese problema.

-En 2010 APRA fue una de las impulsoras a nivel de América Latina de la campaña de Apostasía Colectiva, ¿por qué decide la gente salir de la Iglesia católica?

-La Iglesia católica es víctima de sus contradicciones internas y de su falta de liderazgo acorde a este tiempo, la aparición del papa Francisco ha sido una excelente medida proselitista que ya ha comenzado a dar resultados para revertir esa situación.

En nuestro país los obispos son tan pusilánimes que ni siquiera son capaces de reconocer que existimos y que queremos dejar de figurar como miembros de esa Iglesia como efectivamente ocurre en contra de nuestra voluntad.

Jamás se han dignado responder a nuestras solicitudes, en las cuales aclarábamos que apostatábamos de las creencias cristiano católicas y han pasado seis años desde entonces sin merecer una letra de respuesta, ¿no le importa a la “madre iglesia” que algunos de sus miembros tengan esta posición? ¿Tanto como para ni siquiera dar cuenta de haberse enterado de esto?

-¿Crecerá el número de ateos o agnósticos en Paraguay en los próximos años?

-Todo dependerá de la mejora o el empeoramiento de la educación en el país. Un país lleno de brutos ignaros no puede apreciar el conocimiento y será victima de la ignorancia que lo aplastará, muchos curas, pastores y políticos de todos los colores están ávidos por que se dé ese escenario.

En realidad se trata de la disyuntiva que se plantea a nivel mundial, o avanzamos hacia una sociedad con más ciencia y que promueva la mejora de la vida del ser humano o nos sumimos en la oscuridad que más de una vez ensombreció por largas centurias el devenir humano. Depende de todos nosotros como se resolverá esta cuestión.